sábado, 14 de marzo de 2015

Sexo, amor y física nuclear

Por: Fernando Zamora
@fernandovzamora

Une Rencontre cuenta la historia (vieja como el mundo) de una pareja que encuentra las delicias del sexo y el amor en el adulterio. Él está casado y tiene un hijo. Ella está divorciada y tiene dos. Luego del encuentro, nuestros héroes sacan juventud de su pasado y dan a su vida lo único que falta: un affaire.


Cuando uno era adolescente y esperaba el primer orgasmo como quien espera la Navidad, se entretenía mirando filmes de amor quinceañero. The Breakfast Club o St. Elmo’s Fire son memorables. Hay otros olvidables. Never Been Kissed, por ejemplo. Todas ellas exaltan el amor erótico y adolescente: el viejo Boy Meets Girl que ha hecho la delicia de tantos desde antes que Shakespeare escribiera Romeo y Julieta. Une Rencontre trata de amores adolescentes pero con algunos cambios que vale la pena notar y otros elementos que, por consistentes, también vale la pena notar. En el primer rubro está la edad de los amantes. No por cuarentones dejan de estar atentos al teléfono, emocionados por el amor, rozagantes. Parecen muchachitos. El elemento que no varía es éste: la banda sonora. Todo adolescente sabe que la música es esencial en el amor. Parece que también los cuarentones, sobre todo cuando son adúlteros, se interesan en tararear la canción de moda… en los ochenta.

Hay grandes películas de adulterio. The Bridges of Madison County, dirigida en 1995 por Clint Eastwood, me parece la mejor. Luz silenciosa, de Reygadas, tampoco está mal. Pero éstas son películas que descubren lo humano en la ruptura de una promesa matrimonial. En Une Rencontre uno adivina la frivolidad de la palabra “amor” en estos tiempos. Ninguno de los protagonistas se toma en serio la promesa que tradicionalmente implica el matrimonio. Una cosa es ser madame Bovary en el siglo XIX y otra ser la escritora divorciada convencida de que la sociedad ha superado la etapa del amor incondicional.
Tal vez por todo lo anterior la directora usa artificios para dar interés a una película que de suyo no lo tiene. El primer artificio es la música ochentera y no hay aquí ya nada que decir. El segundo es un poco más tramposo aunque ha ganado sesudas reflexiones por parte de la crítica. Y es que como la historia de dos adúlteros que en el fondo no se juegan nada carece de interés, la directora dio un giro extraño al final de la película.

Estoy convencido de que contar el final de una película es un acto de mal gusto que todo libro de modales debiera reprobar, pero invito al público a llegar hasta las últimas consecuencias de este affaire para adentrarse en una disquisición más propia del cine de vuelos filosóficos o de una película de ciencia ficción. A pesar de que es en este giro que Une Rencontre ha encontrado aceptación de la crítica en Europa, yo me quedo con la impresión de que Lisa Azuelos no tenía ni idea de qué iba a suceder con sus amantes y tuvo que inventarse un final así: aparentemente intelectual, ocioso. En todo caso hay algo cierto. La historia amorosa y musical de estos adolescentes cuarentones termina tan abruptamente como empezó.


Une Rencontre (Un encuentro). Dirección: Lisa Azuelos. Guión: Lisa Azuelos. Fotografía: Alain Duplantier. Con Sophie Marceau, François Cluzet y Lisa Azuelos. Francia, 2014.

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