viernes, 9 de mayo de 2014

Encrucijada

Por: Fernando Zamora
@fernandovzamora

En todo proceso de crecimiento llega la encrucijada. Hoy el cine mexicano está en una muy particular. Acaban de estrenarse dos películas que marcan caminos distintos para el futuro de nuestro cine. Por una parte está Obediencia perfecta, película elogiada por su tema aún antes de estrenarse. Al otro lado del espectro está César Chávez, la historia de un personaje que tristemente muy pocos mexicanos conocen. Alentados por el morbo, los cinéfilos pues… ¿qué van a hacer? Correr a ver la película sobre lo que ya todos saben. Lo malo no es eso, claro, lo malo es que Obediencia perfecta es una película tan engañosa como el personaje que dice retratar. ¿Cómo? Promete contar una historia que nunca cuenta. Por donde se le vea Obediencia perfecta es una película tramposa; por donde se le vea César Chávez es una película honesta. Y más. Es una película en que Diego Luna se consolida como uno de los mejores directores del cine nacional.

Y es que con ideas artísticas no es necesario apostar por el morbo para engañar al respetable. Al contrario. Hay que hacer como Luna: apostar por un buen guión, por una historia de importancia política que se cuenta afrontando las consecuencias ante el poder. Hay que decir cosas incómodas y no verdades que todos saben. Hay que apostar, como Luna, por actores bien dirigidos, por un diseño de producción impecable. En sus mejores momentos, César Chávez recuerda el Gandhi de Richard Attenborough.

En toda cinematografía hay listos que se sientan en la silla que pone “director” subidos en el escándalo. Baste recordar la fama que dio al Crimen del padre Amaro la publicidad anticlerical. La diferencia entre El crímen… y Obediencia perfecta es, claro, que la primera es magnífica y la segunda no tiene ni guión, ni actuación, ni mucho menos valentía para cumplir lo que promete. Por otra parte, ya el crítico Ernesto Diez Martínez ha demostrado que en México los curas muy malos lejos de ser “denuncia” son un lugar común, así que en la encrucijada entre el cine que vende escándalo y el cine que vende arte creo sinceramente que Diego Luna, todo el equipo de Canana y Televisa (Emilio Azcárraga Jean fue productor ejecutivo) han escogido el lado correcto, el de un cine que se solidariza de verdad con los oprimidos y no que dice que se solidariza cuando lo que está pretendiendo es medrar.

Porque si un artista dice que va a documentar la historia reciente y si para hacerlo decide utilizar a un personaje público, creo que debería tener el valor de hacerlo de frente y no con menciones veladas a la prensa de espectáculos. Dices: “esta es una película de César Chávez” y no “esta es la película de ese señor cuyo nombre y vida no queremos tocar.” Es importante la honestidad, sobre todo cuando el arte se vuelve político, cuando quiere denunciar. Si Obediencia perfecta tuvo mayor recaudación en taquilla durante su semana de estreno y no César Chávez, debe ser porque es el morbo quien sigue llenando las salas del cine nacional.
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FICHA TÉCNICA:
César Chávez. Dirección: Diego Luna. Guión: Keir Pearson y Timothy J. Sexton. Música: Michael Brook. Fotografía: Enrique Chediak. Con Michael Peña, John Malkovich, Kate Winslet, Josh Brolin, Gattlin Griffith y Michael Cudlitz. Estados Unidos, México, 2014

1 comentario:

  1. Se ve bien la pelicula, y no muchas peliculas mexicanas sobresalen internacionalmente.

    Led Lampen

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